KOTEPA (Re-cuento, por Igor Delgado Senior)
Kotepa
Delgado llega con sus huesos y su boina de estudiante rebelde a una de
las prisiones que el dictador Juan Vicente Gómez dedica a la insurgencia: el
Castillo de Puerto Cabello, fortín que edificaron los colonizadores españoles
para defender la ciudad de los asedios piratas. Son muchos los jóvenes
detenidos, algunos no alcanzan los veinte años. Los guardias, con sus
armas ansiosas, conducen al grupo de universitarios hasta una bóveda que
funge de celda. Hay otros hombres allí, son los habituales presos de un régimen
que no acepta modo alguno de inconformidad. Sombras emergen de otras sombras
para saludarlos mediante abrazos carcelarios; a través de los barrotes de la
ventana se cuela un calor áspero, casi sólido.
Kotepa
ve todo con moroso detenimiento, el mar suena con golpes de acantilado.
Repasa las paredes de los siglos donde Miranda estuvo recluido y se acongoja
por instantes de avispas que le tocan el corazón; coloca su ropa y sus libros
sobre un suelo de piedras inexactas. Alguien le indica el camastro de hilachas
para tumbarse, pero no quiere dormir, solo anhela acostumbrar los sentidos (y
los sentimientos) a la realidad combativa de la prisión.