En 1942 Cristóbal Colón partió en dos la
historia de la Tierra.
En la era moderna, fueron cruciales el
año de la Revolución inglesa en 1649, el de la francesa en 1789 y los años en
que nacieron los dos grandes Carlos, Carlos Marx y Carlos Darwin, sin olvidar
el año del gran Pasteur. Con todo, el año más importante de la historia fue el
de 1917 cuando Vladimir Ilich Lenin y los bolcheviques tomaron el poder en el
imperio de los zares y por primera vez en la historia de la humanidad, fue
abolida la propiedad privada.
Después de 1917, el año mundial más
importante fue el de 1941. La barbarie nazi, borracha de poder, tras haber
sojuzgado como quien derrumba castillo de naipes, a todos los pueblos de Europa
continental, lanzó más de 200 divisiones contra la Unión Soviética segura de
dominar a ella y al mundo en pocas semanas. A los dos años comenzaron a volver
grupa “los superhombres” y de sus sueños de sangre y esclavitud no queda sino
el recuerdo.
El año de 1941, el de la Carta del
Atlántico y de la entrada de Estados Unidos en la guerra, es especialmente
importante para Venezuela porque allí partió su modernización, así como el
llamado sistema democrático que hoy tenemos. Desde 1936 venía el general López
Contreras cambiando las estructuras y echando los cimientos de las
instituciones actuales, pero López era un bolivariano obsesionado por el
peligro comunista y con él se avanzaba lentamente, dentro de muchas dificultades
negando a la oposición el derecho de disentir.
Pero llegó el comandante y mandó a
parar, como dice la canción de Fidel. Llegó Isaías Medina Angarita a la
Presidencia y todo cambió. Su gobierno aceptó el ejercicio de la democracia
como un hecho cotidiano, ya nadie fue perseguido por sus ideas, ya no tuvimos que
andar a salto de mata los 47 “agitadores” que López había expulsado de
Venezuela.
La primera manifestación de modernidad,
acaecida en los dos últimos meses de López, fue la fundación de “El Morrocoy
Azul”, un semanario humorístico de nuevo tipo, de una tónica hasta entonces
inusada en Venezuela. Surgió cuando Carlos Irazábal creciente embajador en
Santo Domingo y Kotepa Delgado resolvieron cambiar sus actividades como
propietarios de la “Publicidad Técnica”, con sede en la cuadra de La Pelota,
por las actividades más resaltantes del periodismo. Hicieron todos los
preparativos y conglomeraron a los humoristas (Bracho Montiel, Víctor Simone De
Lima, Pardo, Yépez, Guiñan, Saavedra, Rengifo, Firmo Pesquera, Horacio Vanegas,
Claudio Cedeño, etc., etc.), para sacar el periódico con el nombre de
“Mujiquita”, el personaje de Gallegos. Pero luego se presentó Miguel Otero
Silva, asociándose con Irazábal y Delgado, y proponiendo cambiar el nombre de
“Mujiquita” por el más poético y humorístico de “El Morrocoy Azul”. El gobierno
de López, siempre con sus procedimientos anti izquierdistas, resolvió a raíz
del primer número de “El Morrocoy” confinar a Miguel Otero Silva a su ciudad
natal de Barcelona. La historia subsiguiente de “El Morrocoy Azul” ya todos la
conocen.
En los mismos días de la aparición de
“El Morrocoy”, se incrementó la candidatura de Rómulo Gallegos a la Presidencia
de la República, hecho democrático insólito, pues, desde fines del siglo
pasado, no había quien se hubiera proclamado candidato sin ser apresado por el
gobierno. A los pocos meses en el mes de julio, fue legalizado el Partido
Acción Democrática, quien a partir de entonces nos ha dado 39 años de buenas y
malas sensaciones.
En el mes de junio fue llevado al
Congreso el Tratado de Límites de Colombia, como hecho casi accompli del
anterior gobierno. López Contreras, quien en 1928 mostró su valor personal para
no dejarse amedrentrar por supuestas amenazas guerreras de la oligarquía
colombiana y entregó tierras y posiciones geográficas en una de las más
inauditas claudicaciones que registra la historia venezolana. La lucha contra
el Tratado la llevaron a cabo, con verdadero espíritu nacional, los pocos
diputados de oposición que entonces había en la Cámara: Rafael Caldera, Pedro
J. Lara Peña, Andrés Eloy Blanco, Germán Suárez Flanmerich, Ricardo Hernández
Rovati, Vivas, Navas Spínola, y Navarro Méndez. Pero a la hora de la votación
estos grandes señores escondieron su bizcocho y sólo tuvieron la valentía de
votar en contra los diputados Julio César De Armas, del Guárico; Juan Guglielmi,
del Táchira y, los eminentes venezolanos Pastor Oropeza y Martín Vegas.
El 13 de septiembre se celebró en el
Nuevo Circo, el primer gran mitin libre de Acción Democrática, resplandeciendo
como oradores Rómulo Gallegos, Rómulo Betancourt y Andrés Eloy Blanco. Por
cierto que en este mitin lanzó Betancourt su primera palabra rara: gangonear,
inexistente en el diccionario.
Un día antes, el 12 de septiembre,
salió a la calle el diario “Ultimas Noticias”, tabloide de ocho páginas, a
centavo, financiado con Bs. 7.000,00 que Kotepa Delgado había reunido con sus
utilidades en “El Morrocoy Azul”. (¡Qué tiempos aquellos en que se podía
instalar un diario con apenas siete mil papeles!). Fueron sus propietarios
Víctor Simone De Lima, Pedro Beroes, Vaughan Salas Lozada y Kotepa Delgado. Fue
un salto en el periodismo nacional por haber introducido la información más
veloz que se hubiera visto hasta entonces, el despliegue de gráficas acabadas
de tomar, las entrevistas, los reportajes, las encuestas, las campañas, los
concursos, los reclamos de la población, la defensa de los valores nacionales,
etc., et.. Allí nació la primera pléyade de nuestros más resaltantes
periodistas.
En el mes de octubre, se celebró el
primer gran mitin de “Acción Municipal”, órgano que representaba los intereses
electorales del entonces poderoso Partido Comunista de Venezuela, en vías de
legalización. Fue en el Teatro Olimpia y habló entre otros su presidente el
doctor Asdrúbal Fuenmayor, esposo de doña Lola, la fundadora de la Universidad
Santa María. En este mismo mes, el día 14, entregó su alma a la veneración de
la posteridad, el gran humorista Leoncio Martínez, que tantas luchas había dado
por las libertades. Para contemplar su cadáver, desfilaron por el Concejo
Municipal, miles de personas acongojadas.
Para los fines de este año, nos tenía
reservada la diosa de los deportes, el inmenso triunfo de Venezuela en la Serie
Mundial de Base-ball. Todo el país se echó a la calle, borracho de alegría.
Cerró este años de tantos sucesos con la infausta
noticia de que los fascistas japoneses, arteramente y por sorpresa, habían
destruido la base aliada de Pearl-Harbor en las islas Hawai.
Año crucial, año estelar, este de
1941. Propio para una tesis de grado en la Escuela de Periodismo.
Diario EL Nacional,
Escribe que algo queda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario