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miércoles, 28 de febrero de 2018

EL DÍA DE LOS MUERTOS

   
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 Sería  aquel  día de los Santos Difuntos cuando Pablo Neruda sintió la inspiración de la melancolía y mirándose en el cielo estrellado dijo: “Puedo escribir los versos más tristes esta noche”. 
     Día de los Muertos sería también cuando Rubén Darío nos obsequiara este dístico consolador: “La muerte es de la vida inseparable hermana; la muerte es la victoria de la progenie humana”.
    En el Día de los Muertos que acaba de suceder, Lorenzo Batallán, redactor metafísico de El Nacional, agotó en un solo artículo la suma teológica de la ultratumba y después de ello no queda sino hablar de los muertos que no lo son, de los difuntos que siguen respirando, y dar la razón así al otro poeta que expresó: “Muertos son los que tienen muerta el alma/ y sin embargo viven todavía”.
         En éste último Día de los Muertos fue sepultado en urna electoral el cadáver viviente de Gerard Ford. Murió porque el competidor tenía un mejor Carter y porque él fue el guardafangos de Nixon y el parachoques de Kissinger. Además pasaba el aceite (de la OPEP), tenía la chispa atrasada y su batería no mandaba.
       Al despeñarse por el precipicio de la opinión pública dejó 7 millones de desempleados, una inflación en aumento, una guerra en el Líbano, un polvorín en África, el derrumbe nacional de Inglaterra y de Italia y más de diez dictaduras terroristas en América Latina.

martes, 27 de febrero de 2018

AQUEL 23 DE ENERO

                                 Resultado de imagen para 23 de enero de 1958, caída de Pérez Jiménez


         Los que habitábamos entonces en Caracas, íbamos de asombro en asombro. La primera bocanada de heroísmo que se coló por las calles gritando contra el Plebiscito continuista del perezjimenismo. “Qué bolas tienen esos niños! –decía la gente aglomerada en las esquinas de la avenida Urdaneta–, los van a matar a todos.
         La policía estaba acostumbrada a luchar contra los adecos terroristas que no actuaban sino durante la noche; y se puso perpleja cuando se presenta de repente, luchando en pleno día, nada menos que el pueblo.
         “¡Pueblo –decía por su lado la Junta Patriótica- ha llegado el momento de ajustar cuentas a esta ominosa dictadura!”.
         A todos los rincones de Caracas llegaban los ecos de la Universidad Central, tomada por la policía para reprimir a los estudiantes alzados contra el Plebiscito.
          -Esas gentes -comenzaban ya a decir los entendidos, refiriéndose al equipo de Pérez Jiménez- están resultando “tigres de papel”-.  Porque los esbirros nunca se habían enfrentado al pueblo; durante años las masas estuvieron ausentes, pues  lo que le ofrecían los dirigentes eran conspiraciones o actos de terror; no se movían desde 1952 cuando Jóvito Villalba y Mario Briceño Iragorri las dirigieron para propinar a la dictadura la más afrentosa derrota electoral.

lunes, 26 de febrero de 2018

GRANDES TELENOVELAS: "LA PERCUSIA"



(Próximamente  en este canal)

        Una novela instructiva de trama sutil y fina donde una mujer lasciva que se revuelca en el lodo, le corta a un viejo la chiva, pero con pescuezo y todo.
         La llamaban “La Percusia” en su casa y en el bar por ser la mujer más sucia, desarreglada y lambucia que se pueda imaginar.
         Una sórdida fichera, roja de tanto tomar que cargaba en la cartera una navaja barbera de tamaño familiar.
          Mujer dura y sin honor, con destino y sin amor pero de moral muy tierna que “fichaba” en la taberna sin escrúpulos ni empacho, cumpliendo la labor fina de sacar mucha propina al estúpido borracho.
          (Todo lo daba al cretino que actuaba de concubino. Ya en el rancho reunidos éste pagaba en chichones, fracturas y moretones los favores recibidos).
          La trama de la novela empieza en forma genial cuando se muere la abuela, viuda de un líder gremial y erige como heredera a Rosita “La Fichera” con poder universal. Le dejó en el B.T.V. doce mil acciones “C” y dólares a vapor en un Bank of New York; la quinta en La Lagunita, tres carros de gran potencia, una fábrica en Valencia y un hotel de mucha cita en el centro de Pagüita, más la casa con pileta, motorjón y avioneta, tan bonita en Margarita tan bonita como un club.
       Con ese dinero tanto no hubo duelo ni llanto. En la propia funeraria del exquisito velorio surgió con gran samplegorio la cuestión hereditaria.
       A sus tíos, a sus hermanos, a cuñados y sobrinos, Rosita llamó “marranos”, “desgraciados” y “cochinos”. Agitando su barbera como quien mueve una tea, Rosita allí los espera para prestarles pelea. Con un singular arrostro mata a La Mujer sin Rostro y con el mismo coraje acaba con La Salvaje.
       De un homicidio culposo, cangrejal y horroroso, se le escapó Delia Fiallo porque estaba con Cabrujas sorbiendo en “El Papagayo” fino champán de burbujas.
       Quería matar de una vez a la funeraria entera pero intervino Vallés y le quitó la barbera.
         Ya regresamos. Ya regresamos. Ya regresamos.
      Quédense, pues les espera un final esplendoroso: Rosita mata a su esposo y la indulta Luis Herrera.

Diario El Nacional, Escribe que algo queda.

UN BOLÍVAR PARA EL PUEBLO

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       “De Bolívar se puede hablar con una montaña por tribuna, o entre relámpagos y rayos, o con un manojo de pueblos libres en el puño y la tiranía descabezada a los pies”.
       Quien así lo escribió, José Martí, era también libertador y murió en el empeño por serlo. Él forma con Bolívar una estrella doble, solitaria, en el cielo a donde van los libertadores que supieron actuar con honestidad, pelear con denuedo y escribir con brillantez.
       Los que usan hoy a Bolívar como opio del pueblo han hecho de su culto una religión intocable, cuyos misterios gozosos, dolientes y gloriosos manejan ellos solos para provecho propio.
       Duele hoy ver que la juventud no se emociona con nuestro pasado y oiga hablar de él como una asechanza más que le tiende el sistema. Escuece porque la más grande riqueza que poseemos no es el petróleo circunstancial sino la gloria indestructible de nuestra Independencia. ¿Qué otro pueblo de América puede vanagloriarse de haber traspuesto sus fronteras no para oprimir sino para libertar naciones?. ¡Qué diferente acción la de Bolívar transponiendo los Andes para declarar libres a los ciudadanos oprimidos saliéndole a su paso, que la conjura, por ejemplo, de Brasil, Argentina y Uruguay cuando se unieron en el siglo pasado para diezmar a la ya pequeña población del Paraguay, postrándola casi para siempre.

domingo, 25 de febrero de 2018

PASIONES DE LA JUVENTUD


    

       “Mi amor como las  águilas podría subir al cielo sin tender escalas porque mi corazón tiene dos alas y yo tengo 20 años todavía”.
        Versos de un poeta maldito, del gomecismo, que no dejan de lucir cierta ingenua grandeza. Todos los que disfrutan de 20 años todavía son capaces de subir al cielo sin tender escalas siempre que alguna pasión noble imprima decidido impulso a sus voluntades.
         Cuando uno mira a centenares de adolescentes de ambos sexos haciendo ansiosas colas desde la madrugada para poder asegurar su asistencia a programas televisivos de dudosa calidad, no puede menos que preocuparse por el porvenir de esta patria que fue levantada con tanto sacrificio por Bolívar y demás libertadores.
          El deterioro de la cultura y de las sanas costumbres nacionales es un hecho incontrovertible. El rico petróleo nos ha llenado el alma de crudos muy pesados en los últimos 25 años de democracia betancouriana. El ejemplo de los que todo se lo roban desanima a quienes todo lo producen.
          En la universidad abierta de la televisión nos estamos graduando todos de ciudadanos intrascendentes. Hemos confiado la enseñanza de nuestros hijos a los dueños de los canales 2, 4, 8 y ellos lo alimentan con películas yankis, música frívola y falsos conceptos de la vida. Las estaciones televisoras no deberían ser órganos de grupos poderosos sino de las propias universidades nacionales, como un complemento de su labor educativa.

VERSOS PARA MARÍA TERESA CASTILLO

sábado, 24 de febrero de 2018

REFLEXIONES SOBRE LA MUERTE DE VÍCTOR GARCÍA MALDONADO


    

      “Son cosas pasadas que el hada Armonía trae a mi memoria”
                                              (Alfonso Camín, poeta español)

    Ayer sus cansados pulmones exhalaron el último aliento. Ya no embellece con su risa franca la tertulia familiar.  Las ingeniosas salidas pertenecen al recuerdo. El corazón no lo siguió acompañando en la tarea de derramar afecto sobre sus semejantes.
      Así era Víctor García Maldonado desde siempre; cuando niño casi, se enroló ardoroso en las huestes estudiantiles del año 28. Inició luego los primeros intentos por fundar el Partido Comunista de Venezuela, agrupando a su derredor  a una docena de estudiantes radicales; más tarde participó con los hermanos Fortoul en la fundación definitiva del P.C.V.
      A causa de esa fundación, en la cual andábamos también nosotros, estuvimos  presos junto con Víctor García Maldonado durante tres años y medio en aquella devoradora de hombres que se llamaba La Rotunda. En Lara dicen:  “Si quieres conocer a una persona, vive con ella”. Después de tres años, habitando en un mismo calabozo, nos es posible asegurar que conocimos muy bien a este altivo representante del gentilicio García Maldonado. Digno miembro de esta familia que ha salido patricia en las luchas de Venezuela: Enrique, Margot, Manolo, Alejandro, José Briceño y los vástagos. Las cárceles de Gómez los albergaron a casi todos para castigar sus desvelos y protestas.

jueves, 22 de febrero de 2018

HACIA UN PROGRAMA POLÍTICO




40 AÑOS DE HITLER HASTA REAGAN

           
                       
                  El notable ensayista venezolano Mariano Picón Salas, ex secretario privado de Rómulo Betancourt, dijo muy acertadamente que el siglo 20 comenzó en Venezuela en 1935, a la muerte de Juan Vicente Gómez. También podríamos afirmar que la Era Moderna comenzó para el mundo en 1917, cuando Lenin y los bolcheviques tomaron el poder en Rusia y constituyeron la Unión de Repúblicas Socialistas. Porque Hitler fue una consecuencia ante el peligro de esta Revolución; los países capitalistas lo saludaron y ayudaron como el salvador del mundo; pero el muchacho era travieso y los quiso someter a todos.

      El segundo triunfo de la Revolución Rusa fue haber derrotado a Hitler a costa de 20 millones de vida y la destrucción de más de 10.000 aldeas. No hay duda de  que los Estados Unidos ayudaron con valiosos suministros a la República Socialista; pero casi obligadamente porque lo reclamaba la opinión mundial y porque si Hitler triunfaba en Rusia la próxima presa iba a ser los Estados Unidos. Resultaba también que el Presidente de los Estados Unidos era un hombre que no se llamaba Ronald Reagan sino Francis Delano Roosevelt.
        Murió Hitler en su madriguera, abrazado a su querida Eva Braun, y poco después estallaba en Hiroshima la primera bomba atómica. Masacraron inútilmente a más de 100.000 japoneses porque Truman, el nuevo Presidente de los Estados Unidos, quería advertir a la Unión Soviética que ellos eran más fuertes. (Inglaterra después de 300 años dominando al mundo cedió su primacía a los norteamericanos).
           La clave del éxito mundial de los Estados Unidos estuvo en poseer la bomba atómica y en haber creado la CIA. Roosevelt no quiso firmar el Decreto que creaba este organismo de inteligencia, pero Truman (a quien llamaban  los políticos rivales “la mula de Missouri”) lo firmó sin vacilar. A los pocos años “el Gobierno invisible” dominaba la política hasta en las naciones más insignificantes del mundo. Empezó lo que llamaron los yanquis “la lucha anticomunista en defensa de la civilización”.
      La Unión Soviética respondió haciendo estallar primero la bomba atómica y después la de hidrógeno y luego llenándose de gloria cuando sus Sputniks vencieron por primera vez la atracción de la tierra y se fueron a investigar los espacios siderales.

miércoles, 21 de febrero de 2018

YO GURT, TU GURT, EL GURT


                                                 

          
         Es justo que estando el que esto escribe de vacaciones en el estado Lara, rinda un homenaje a la sabia costumbre larense de ingerir masivamente todos los días lactobacillus cassei, llamado popularmente suero de leche. Esta generosa Lara, “tierra de áureos días y noches de turquesa” como dijo un poeta nativista, va a competir pronto con las regiones de Bulgaria y el Cáucaso, en donde miles de personas pasan de los cien años sin haber sufrido ninguna clase de dolores.
        Fue a fines del siglo pasado que un sabio ruso que vivía en París y trabajaba con el gran Pasteur en su renombrado instituto, llamó la atención sobre los beneficiosos efectos del yogurt. Más que haberlos comprobado, él  los intuyó. Porque Elías Mecknikov que así se llamaba el susodicho, era lo que dicen un genio. Ganó el premio Nobel por haber descubierto la fagocitosis, es decir, que los glóbulos blancos de la sangre tienen como función esencial comerse a los microbios. Sostenía que los bacilos lácteos que se crean en la leche cortada una vez ingeridos por el hombre, mejoran su flora intestinal. Sin esta flora no podríamos vivir.
        Pero muchos años después de haber muerto este extraordinario ruso (bolchevique antes de que existiera el bolchevismo), los sabios de diferentes países han realizado extraordinarios descubrimientos sobre las propiedades del bacilo existente en el llamado suero de la leche. En muchas regiones la medicina indígena se hacía eco desde la antigüedad de los maravillosos beneficios del suero.
      Podríamos decir hoy que a la comercialización de la medicina, por las transnacionales  del dolor, le ha salido una respuesta justa y contundente: usar suero o yogurt para no enfermarse y poder prescindir de médicos, clínicas y hospitales.
        El producto que sirve es el que se hace en la casa, porque el comercial le agregan hasta antibióticos para que no se corrompa y se pueda vender más tiempo.
        El científico Day, hace ya muchos años, sintetizó a base de suero de vaca una poderosa vitamina que llamó M porque curó con ella la anemia de los monos. Que sepamos, esta vitamina no la venden en el mercado, quizás porque acabaría con las otras.

CARLOS MARX, REY DE LOS MARES



       En la Rotunda de Juan Vicente Gómez estuvo preso, cuando nosotros también estábamos, un loco llamado Jesús Pacheco Arroyo que había perdido el seso pero no el ingenio. Cuando entraba en crisis atronaba con su vorrazón el ambiente carcelario gritando entre otras cosas: “¡Viva Carlos Marx, rey de los mares y yo Pacheco Arroyo, rey de las aguas dulces!”.

       Carlos Marx, como ya lo dijera el “loco de la Rotunda”, ha llegado a ser hoy el rey ideológico de todos los mares. Y de todas las tierras que el capitalismo creía firmes.
       “Un fantasma recorre al mundo” podrían seguir diciendo él y Engels en 1983 como proclamaron en el Manifiesto Comunista de 1848. El socialismo preconizado por ellos rompió en cien años el cascarón sectario y se ha convertido en patrimonio ideológico y arma de lucha de muy grandes masas.
       Mañana 14 de marzo a las tres menos cuarto de la tarde se cumplen cien años de haber entrado en el reino de la tranquilidad “el más grande pensador vigente”. “Apenas lo habíamos dejado dos minutos – declaró Engels, su gran amigo– cuando al volver lo encontramos serenamente dormido en su sillón, pero para siempre”.
        Merecía muerte apacible quien en vida fue la intranquilidad misma. Su padre, abogado radical de origen judío, lo cargó en la niñez con la pólvora de las nobles inquietudes pues estaba convencido de que su hijo llegaría a ser uno de los grandes adalides de la humanidad.
        Para graduarse de profesor en filosofía presentó una tesis sobre Demócrito y Epicuro, precisamente los dos materialistas de la filosofía griega. Se reveló ya el inconmensurable filósofo que llevaba por dentro; habría de superar a su propio catedrático, el maestro de maestros de la filosofía alemana y mundial de entonces, Federico Hegel. “Uno sólo de mis discípulos me ha entendido y ese me ha entendido mal”, dijo Hegel en la amargura de la vejez.
        Cómo filósofo, Marx rompió con las especulaciones abstractas de los grandes maestros: “No se trata ya de interpretar en una u otra forma al mundo; se trata de transformarlo”. Del maestro Hegel tomó el método dialéctico tan perfeccionado por este pero le dio vuelta para darle contenido materialista (“era una estatua que estaba con la cabeza hacia abajo, lo que hice fue ponerla al derecho”). Las ideas, soberanas en Hegel cedieron en Marx el camino a los hechos. Ya no era la conciencia la que determinaba la existencia sino todo lo contrario. De Feuerbach, otro maestro alemán contemporáneo, tomó Marx la crítica de la sociedad. Las “Tesis Provisionales de la Filosofía” y “El Espíritu del Cristianismo”, ambas de Feuerbach, fueron una revelación para el joven Marx. Pero también a Feuerbach, como a Charles Darwin en su tiempo, debía caerles la crítica de Marx. Por cierto que Darwin se resintió tanto que le devolvió a Marx, sin leerlo, el primer tomo de El Capital. “Se lo devuelvo porque no es mi especialidad”.

"TE ESCRIBO ESTAS CORTAS LÍNEAS..."


          Así empezaban todas las cartas en años de Teresa de la Parra, a pesar de que para entonces el papel era barato, el tiempo largo y la amistad verdadera.
    Un amigo de este redactor, dibujante y caricaturista humorístico que se llama Beto Lameda, nos dijo telefónicamente, después de tres años de no llamarme: “A ti te deben pagar mas cuando escribes”, más no es cierto.
         Como yo conozco toda la ironía que encierra en sus palabras este hermano de Alí Lameda, quien sabe mucho aunque nunca estuvo preso en Corea con su brother, entendí que me estaba diciendo que escribiera menos largo. Una vez se aposentaban en casa de Beto quince parientes suyos de Carora y sus aledaños: todos comían, todos dormían y ninguno daba muestras de quererse ir; para hacerles ver el peso que ellos significaban para la economía de los anfitriones, Beto les dijo en el almuerzo: “Yo de lo que estoy admirado, con la estada de ustedes aquí, es de lo bueno que son las cañerías de esta casa; me asusto porque creo que ya no resisten dos o tres días más”.
         Actualmente Beto es banquero, con un alto cargo en el Banco de Sangre: –Sigo viviendo en Coche –me dijo– y muy feliz porque se fueron todos los hombres y mujeres importantes que antes vivían allí, figúrate cómo será la gente actual que en estos días una muchacha me preguntó con todo cariño: “-Señor Beto, ¿usted es familia de Betoven? –No, pero somos muy amigos”.
         En este caso Betoven se escribe sin hache (Lo digo por los correctores de pruebas a quienes también felicito porque en mi último artículo, inusitadamente, no había sino un solo error). Deben poner especial cuidado, amigos correctores, cuando se trata de “El toque de Diana” del escritor castrense Carlos E. Aguilera, pues allí se suele hablar: del “modus operandi”, de “cómo se procederá” para conseguir “los objetivos” de “la Seguridad Nacional y su conducción político-estratégica” en “la ciencia y arte de gobernar”. Cualquier error de corrección puede transformar ese artículo de nuestro Claudsewitz vernáculo en una propaganda perezjimenista.

DIÁLOGO DE DOS CÓMICOS DE LA LENGUA


(Recórtenlo para que lo reciten cuando la reunión se ponga fastidiosa)

                ¡RING! ¡RING! ¡RING!  (suena el timbre)


—¿Quién es quién?   (pregunta desde adentro la  señora). ¡Deje la tocata que está abierto! ¡Empuje la portañuela y  compenetre.
   
—Mil y unas noches, mi señora (dice un tipo entrando). Yo soy el vecino de adlátere. Supe que estaba usted recién demudada para este apartamento y he considerado que la circunvalación vecinal me impone el derecho de gentes de venir a presentarle mis más respectivos saludos.

—¡Oh!, qué atento y seguro servidor es usted. Le diré: me pareció comodato este aparheid y resolví tomarlo en arrendajo, probáticamente, por dos añejos. Pero si no está muy reprisado pase adelante y acentúese en esta silla. Si se siente sedentario le traeré una Coca-cola bien resfriada; a menos que prefiera un té al alimón...

—Me es sinigual. Yo no soy ningún tomista de licores. Para mí cualquier berebere es bueno siempre que no contenga alcoholismos.

—¡Ay!, señor. Habla usted con la farsalia y el hipocratismo que usan todos los hombres. Pasan el día en los bares apocopándose de lo lindo y sólo cuando ya no pueden más porque están hasta el sombrero de copas regresan a sus casas dando transplantes de beocia extrema para gran sufrimiento de sus abnegadas expósitas. Para mí, y se lo digo con la franquicia que siempre he tenido, todo aquel que ingestiona aguardiente es un hijo de Sumatra.

 —¡Caramba! Señora; usted está muy vieja para ser tan búlgara; habla   como una misma putumaya.

—Y usted  que Von Carajan  será  que se atreve a  faltarle los considerandos a  una damajuana  venérea como yo? Tenga en cuenta que si soy  enemiga  de los hébridos consuetudinarios,  creo por el contrario que un  vaso de vino tomado como  aperitoneo antes de la comida es algo que amortiza los penaltis  de la vida.

—Bueno,  eso es distintivo. Con el cálculo diferencial que usted hace   entre los que se entregan al alcohol absoluto y aquellos que practican el metodismo, podemos llegar a un arreglo consensual. Por lo que estoy viendo es usted una mujer con un gran servicio de inteligencia en la cabeza; con mucha apicultura sin ser una enciclopedante. Me recuerda usted las  dos diosas  de la sabiduría antigua: Palas Talidomida y Minerva Aureomicina. ¡Oh!, señora; ante usted que es una savia ascendente, yo me siento apenas un pequeño larrouse ilustrado o un breviario de la Enciclopedia Espesa.
                          
—Ya sabía que íbamos a terminar congenitando usted y yo. Me gusta ese aire acondicionado que usted tiene, ese Don apacible que se gasta y esa crítica de la razón pura que nunca le abandona. Yo sería feliz el día en que usted y yo seamos como el taxis y la sintaxis, la grama y el pentagrama, el ano y el arcano...

—A propósito, señora, permítame una preposición copulativa que le voy  a formular: -¿Es usted soltera o tiene su mariachi?

—Soy libre como las anclas de un barco. He llegado a la Edad Media sin machihembrarme, dado lo morganático que son los hombres cuando se  casan. Yo los detesto a todos.

—Y yo que quería llevarla al hipotálamo nupcial del himeneo, después de pasearla por el monte de Venus...

—Si lo haces sabrás que me conservo en el estado de Virginia. ¡Cómo deseo que tú seas Juan de la Cosa y yo la cosa de Juan! ¡Qué gran mujer   te vas a llevar para toda tu bolse vita! Porque yo soy, como dice el refrán: Corte y escultura hasta la sepultura.
         
  Diario El Nacional. Escribe que algo queda. 18/1/1981




lunes, 19 de febrero de 2018

UN BARCO PETROLERO AMENAZA CAÑONEAR A VENEZUELA

       
         
          El 5 de abril de 1941 fue un viernes negro para la patria venezolana. Ese día, en el histórico templo del Rosario de Cúcuta en donde un siglo antes se había celebrado la Asamblea Constituyente de la Gran Colombia, se reunieron los cancilleres López de Mesa,  colombiano, y Gil Borges, venezolano, para firmar en presencia del Primer Magistrado de la nación hermana, doctor Eduardo Santos, la entrega por parte del Presidente de Venezuela de una parte considerable del territorio venezolano.
        Eleazar López Contreras, que así se llamaba el Magistrado de esta escandalosa donación, tuvo rubor de ir a Cúcuta y se quedó en San Antonio del Táchira esperando que Santos llegara hasta el Puente Internacional a darle las gracias por el favor concedido (Eduardo Santos, el más avispado de todos los Santos de Colombia; dueño del importantísimo diario El Tiempo, fue venciendo con su cara de japonés a todos sus contrincantes, hasta llegar al solio de Bolívar y Santander). Esta vez un superperiodista destrozó a un general gomecista autodidacta.
        El documento se llamaba: Tratado de demarcación de Fronteras y Navegación de los ríos comunes entre Venezuela y Colombia. En él, y en otro que se había firmado en 1939, se cedieron a Colombia cerca de mil kilómetros en La Guajira y se calcula que más de DOSCIENTOS MIL en los llanos del Arauca y el Meta (Una quinta parte del territorio nacional en esa época). Por dicho Tratado, Colombia se hizo ribereña con derecho a navegar como si fueran propios, por el Orinoco, el Catatumbo y otros ríos venezolanos.

domingo, 18 de febrero de 2018

ESPEJO DE GOBERNANTES


       

        Solamente al rey de España podía ocurrírsele nombrar gobernador de Caracas y de toda la provincia de Venezuela a  un hombre de costumbres tan disolutas como don José de Cañas y Merino. Pero firmó “Yo, el Rey”,  con  toda su real gana cuando Cañas y Merino puso sobre su mesa un gran montón de real: diez mil pesos (cincuenta mil bolívares).
        Con otra suma parecida había conseguido el hábito de Santiago que le sentaba al cuerpo para cubrir sus malos hábitos. Él era un militar afortunado, “pundonoroso militar” como le dirían los periódicos de la época, que había hecho fortuna en el norte de África con el infortunio de tantos negros a quienes cazó como fieras para venderlos en la civilizada Europa y en el naciente Nuevo Mundo.
         En la Capitanía y Gobernación de la Provincia de Venezuela, desde 1711 hasta 1714, actuó con gran visión de futuro. Fue autócrata y civilizador voraz de dinero, doscientos años antes que Antonio Guzmán Blanco. Jugaba a los dados y tomaba de noche en compañía de damiselas, como dicen que hacía el Presidente Andueza Palacios. Mucho antes que a Cipriano Castro, el sexo le hizo perder el seso. Barría las calles y hacía carreteras con el trabajo de los presos a usanza de Juan Vicente Gómez. Como Marcos Pérez Jiménez, construía puentes y edificaba obras de ornato, dirigiendo personalmente los trabajos. En los carnavales tiraba hasta la camisa, dejando este mensaje al Presidente Francisco Linares Alcántara. No tendría muy claro eso de “el nuevo ideal nacional” perezjimenista, pero sí usaba ya un ministro de alcoba. No fusiló al Congreso pero ordenó ahorcar a doce arrieros y a un niño que fueron sorprendidos transportando contrabando.
          Mandó a talar los árboles de Caracas, convencido de que las zonas verdes son las que infestan el ambiente. Se dedicaba al contrabando para alimentar dos grandes supermercados que había instalado en la capital; no dice el cronista de la ciudad si metía alijos en vitrinas por Maiquetía o si esto fue invento posterior de aquel gobernador del Zulia. Precursor del Hipódromo, inició las carreras de caballos con jinetes que perseguían machete en mano a gatos a los que se amarraba con un perol en el rabo.

sábado, 17 de febrero de 2018

BREVE HISTORIA DE LA MEDICINA


             
           
El arte de curar es tan viejo como las enfermedades.

       Los egipcios, los chinos, los hebreos, los hindúes y otros pueblos antiguos habían desarrollado los principios más elementales de la medicina unos 2.000 años antes de la era cristiana.
       Entre las atribuciones y aprendizaje de los sacerdotes egipcios estaba el arte de curar a los enfermos. El dios de la medicina  era de obligada adoración. Los sacerdotes egipcios practicaban la trepanación de cráneos y sabían reconstruir ciertos órganos exteriores del cuerpo humano. Como existía la costumbre de cortar la nariz a los ladrones, había cirujanos que, clandestinamente, rehacían el órgano nasal. También son célebres las momias egipcias, cuerpos humanos que han llegado a nuestros días admirablemente conservados.
       La nación antigua que más impulso dio a la medicina fue Grecia. Cuatrocientos años antes de Cristo existía en la isla de Cos una escuela para médicos que alcanzó renombre universal y de la cual salió el hombre a quien se ha llamado con razón el Padre de la Medicina: Hipócrates. Muchas enseñanzas de Hipócrates son válidas aún. Este hombre estaba lleno de sabiduría y sentido práctico y de lo que los médicos modernos denominan ojo clínico; decía que por la cara se podía sacar al enfermo y que había que compararla con la de una persona en buen estado de salud. El juramento de Hipócrates ha quedado para los médicos como un emblema del altruismo que debe presidir la práctica de su carrera. (¡Cuán lejos de Hipócrates y de su honestidad está ahora una enorme cantidad de profesionales!).
      Después de Hipócrates. el médico más notable fue Galeno, también griego, pero que ejerció la profesión en Roma. Las enseñanzas anatómicas, diagnósticas y medicinales de Galeno llenaron muchos siglos. Su descripción del cuerpo humano era el evangelio de los médicos hasta que Vesalio, doctor flamenco al servicio de Carlos I y Felipe II de España, publicó su célebre tratado de Anatomía en que echaba por tierra las enseñanzas galénicas. Se descubrió que Galeno  no había disecado  cadáveres sino monos y que su anatomía distaba de ser exacta.    

viernes, 16 de febrero de 2018

CUANDO AQUILES NAZOA LLEGÓ AL CIELO



Cuando Aquiles Nazoa llegó al cielo
o relación muy detallada de los mil
preparativos que Dios y sus directivos
hicieron a su llegada


Acto primero

(Tira duro el telón
un tal Ignacio Cabrujas
y  la gente se apretuja
por divertirse un bolón).
En audaz rica carroza
que apenas el suelo roza
va Dante con Beatriz
tan frenético y feliz
que la tarde se alboroza

Quiere  Dante una locura
pero Beatriz está dura;
para acallarle la voz
le dice entonces: “¡Mirad,
cuán bellísima ciudad!
la que ha fabricado Dios!”

Las casas son de esmeraldas
con perlas en las espaldas.
Las claraboyas sinceras;
leales las escaleras.
Las calles son de mastranto
lo mismo que las aceras,
tan bonitas, tan ligeras
que nadie se cansa tanto.

No hay engaño, no hay usura,
no hay hampones, no hay recelo:
no hay papeles en el suelo
ni montones de basura.
Van despacio los carruajes
de los grandes personajes.
Dos santos y anacoretas
pedalean bicicletas.
Los ícaros serafines
 impiden que las cornetas
perturben a los poetas
que pueblan los botiquines.

Van los chamos retozones
con su bate y sus balones,
su calzón y su boína
en alegre parlanchina,
con la firme convicción
de encontrar en cada esquina
ollas de agua cristalina
con azúcar y limón.
San Pedro Gobernador
y Arzobispo Coadjutor
del Cielo y sus aledaños,
no tolera nunca daños
a los pobres del Señor,
está siempre con la ley
(aunque afirman los insanos
rumores anticristianos
que San Pedro es de Copei).

martes, 13 de febrero de 2018

ACTO INCULTURAL


                                     
             

         Amicus Cabrujas, sed magis amicus veritas
                                                       
(Aristóteles,  el  célebre  filósofo   griego,  replicó  a su   amado y respetado maestro: “Soy amigo de Platón,  pero más amigo de la verdad”). 
       
       A todos   los  admiradores  de José Ignacio Cabrujas nos ha dolido en el alma sus recientes declaraciones sobre Simón Bolívar, porque Cabrujas es un hombre extraordinario que se ha ganado la admiración de los venezolanos a golpe de talento y sentido popular. Es como si Stanislavsky, el artista del pueblo soviético, hubiera arremetido repentinamente contra Lenin. En los tiempos antiguos ni siquiera Aristófanes, el tremendísimo comediógrafo, usó tales excesos contra Sócrates, el padre espiritual de Atenas.
        Escribimos textualmente la transcripción que con toda angustia y altruismo trajo a los diarios desde la revista oficial Imagen, el muy apreciado escritor Raúl Oviedo Rojas para más señas militar retirado:
        Dijo Cabrujas:
        “Hay personas que tienen la felicidad, como Bolívar, de no darse cuenta que nosotros éramos un país subdesarrollado (...) nunca se dio cuenta dónde estaba parado (...) Bolívar era lo suficientemente loco y disparatado como para olvidar que vivía en un territorio con limitaciones históricas determinadas. El creía que esto formaba parte de la historia, cómo él trabajaba para la gloria y la gloria para él era Europa, Bolívar quería tener la admiración de los franceses, por lo tanto escogió este decorado para impresionar a los europeos. El fue un pésimo político porque era un hombre de acción, mientras la acción duró, el tipo (sic) andaba muy bien”.
      Un erudito expresó que lo único admirable que había en el mundo después de las fuerzas naturales, eran el genio y la cultura griega. En América lo más  admirable, después de las fuerzas naturales, es el genio y la cultura de Simón Bolívar. (“Héroe, legislador, genio y vidente”. Todo el Libertador de un Continente para decirlo en verso con el general Rafael María Carabaño). Además de todo lo que era, se reveló Bolívar como un extraordinario escritor que transformó el farragoso idioma literario de la Colonia, en límpido lenguaje republicano (Dicen que dictaba sus cartas, casi todas hermosas, a tres secretarios simultáneamente.
      Entre Washington, San Martín y Bolívar, los tres denodados Libertadores del continente, hay un abismo de cultura a favor de Bolívar.
       Estamos viviendo en América y en el mundo una era terrible de dominio imperialista. Igual a la del imperio romano pero por medios más sutiles. Entre esas sutilezas está la de destruir la identidad cultural de los pueblos, acabar con las costumbre nativas, estandarizar la alimentación, derrumbar los edificios que puedan recordar el alma patria, sustituir el catolicismo tradicional con el evangelio invasor.
       Creemos al  amigo Cabrujas incapaz de sumarse al coro transnacional de nuestro sojuzgamiento, pero nos permitimos recordarle  que precisamente la valla que nos ampara del invasor es la del ejemplo y lucha de nuestro Simón Bolívar  (En los países socialistas, ni gobierno ni pueblo permitirían que se expresaran de Bolívar en la forma tan poco feliz como lo ha hecho Cabrujas). Cuando en Venezuela haya un gobierno popular, Bolívar y Zamora presidirán en efigie todos sus actos.
       Yo invito cordialmente a Cabrujas para que realicemos un viaje a caballo hasta el Perú. Pasemos los páramos de los Andes, a tres mil metros de altura y caigamos sobre Boyacá. Sigamos con rumbo al sur hasta la frontera con Ecuador; atravesemos este país y cuando después de dos meses de viaje y los glúteos destrozados lleguemos por fin a Lima, estoy seguro que Cabrujas exclamará: “¡Qué grande hombre era ese Simón Bolívar!  Esto (seguirá diciendo Cabrujas) que nosotros hemos hecho con todas las comodidades modernas él lo hizo varias veces y asediado por los enemigos”. Y más le reconocerá cuando de Lima sigamos para Bolivia con el propósito de redactarle, en dos meses, una nueva Constitución. Al regreso nos detendremos en Quito para forjar un juicio literario superior al que redactó Bolívar sobre el célebre poema del inmortal Olmedo a la victoria de Junín.
        Cuando regresemos a Caracas dejaremos los caballos amarrados en la Estación de Caño Amarillo, porque Cabrujas habrá resuelto hacer como José Martí cuando vino a Caracas: dejar las maletas en la estación y no llegar a posada alguna antes de ir a la Plaza Bolívar y decirle a Bolívar:
         “Tú eres más grande que César porque fuiste el César de la Libertad”.

Diario El Nacional, Escribe que algo queda,  5/10/1986



domingo, 11 de febrero de 2018

EL AUTOMÓVIL EN VENEZUELA


  

    
       A finales del siglo pasado comenzó Henry Ford la fabricación masiva de automóviles. Ya existían algunas marcas, pero su proceso era semiartesanal, en talleres mecánicos situados en la ciudad de Detroit, Ford concibió un carro barato, a gasolina, liviano para los bolsillos y para las malas carreteras de entonces.
       Una velocidad de 30 kilómetros por hora era, en esa época, inusitada, si se compara con diez o quince de los coches a caballo; y esto representaba un inconveniente pues algunas leyes la prohibían y muchos ciudadanos asustadizos protestaban.
       Fue a comienzos de este siglo cuando el automóvil hizo su debuto en Venezuela. Generalmente se cree que el primer automóvil vino a nuestro país traído desde Estados Unidos por el señor Edgar Anzola, meritorio ciudadano, promotor de muchas empresas progresista.
     Edgar Anzola, manejando su automóvil, logró vencer la falta de carreteras y llegar a Barquisimeto y otras ciudades del interior para proporcionar a los habitantes un espectáculo nunca visto.
       La hazaña es memorable si se toma en cuenta que ni siquiera el camino de Caracas a Maracay, residencia de Gómez, era perfectamente traficable. Había que pasar muchas quebradas y se formaban pantanos en donde las ruedas del automóvil se atascaban. Afortunadamente Mister Ford, muy previsivo, había colocado en las maletas de sus carros unas cadenas que se adaptaban a los neumáticos e impedían en lo posible el deslizamiento. Si el carro se apagaba en medio de un pantano, no había otro recurso que buscar una yunta de bueyes y sacarlo con tracción a sangre.
       El General Juan Vicente Gómez entre muchos males, hizo algunos grandes bienes. Uno de ellos fue la red de carreteras que comunicó a Caracas con el occidente de Venezuela, llegando un momento en que se podía ir de Caracas a San Cristóbal sin insalvables inconvenientes y gastando no más que tres o cuatro días.

sábado, 10 de febrero de 2018

CARTA AL DIRECTOR, NAVIDADES EN LA ISLA DEL TIGRE




Ciudad Tigre, diciembre de 1984.
Señor Director de “Escribe que algo queda”.
Caracas.

Muy apreciado colega:
      
       Por intermedio de nuestro Cónsul General en Caracas, Sr. Luis Domínguez Salazar, gran pintor venezolano, le dirijo esta correspondencia para darle un informe periodístico sobre las navidades y otros aconteceres en esta privilegiada isla.
        La Isla del Tigre, como ud. sabe, fue descubierta por Colón en su tercer viaje. Es como del tamaño de la isla de Margarita pero tiene más de un millón de habitantes, de los cuales 600.000 viven en esta ciudad capital. Por supuesto que los cerros están llenos de ranchos en injusto contraste con las ricas mansiones del valle.
         Somos una república independiente. Cuando Bolívar estaba en Angostura haciendo su Congreso admirable, mandó tropas hasta esta nuestra isla que queda en plena desembocadura del río Orinoco; los patriotas expulsaron a los españoles y desde entonces nos gobernamos nosotros mismos, pero siempre bajo la tutela de la diplomacia secreta de Inglaterra y Estados Unidos.
         Nosotros no producimos petróleo, como ustedes, pero sí tierra para matas, proveniente del lodo negro que día y noche arroja el caudaloso y protector río Orinoco sobre nuestras playas. Este año exportamos 500.000 barriles de lo que se considera el mejor abono del mundo, obteniendo divisas por 7.000 millones de dólares.
         A pesar de tanta riqueza estamos endeudados hasta la coronilla con el mismo Fondo Monetario que los tiraniza a uds. Ese endeudamiento ha sido obra de los dos partidos que dominan en la Nación y los cuales se llaman el Crático-Demo-Nacional y el Nacional-Democrático. Son como dos sanguijuelas que se chupan la sangre del pueblo para nutrir la riqueza de  los países imperialistas y las de diez familias insaciables que forman la Oligarquía.
         Debemos 14.000 millones de dólares (14 mil dólares por habitante) y estamos seguros de que esa plata nunca entró al país. Los bancos extranjeros que la prestaban, se la ponían a los grandes dirigentes del Partido y de la Oligarquía en sus cuentas bancarias de Miami, Nueva York y Suiza.

viernes, 9 de febrero de 2018

¿QUÉ ES EL CARISMA?


        En 1972 por insinuación del gran amigo y editor Domingo Fuentes, Zapata, Aníbal y el que esto escribe, nos pusimos a redactar conjuntamente un folleto llamado “El Perfecto Candidato”. Lo abandonamos en el Capítulo VIII, del cual, como curiosidad, damos hoy un “condensado” a nuestros pacientes lectores, porque se trata del carisma, un tema muy de moda.


“DEL CARISMA”

        Al Perfecto Candidato le pueden faltar un ojo, varios dientes y toda la cultura que quiera, le pueden faltar programa, partido y hasta el apoyo de la Embajada de los Estados Unidos; de lo que no puede carecer es de ese si es no es de lapislázuli diamantino, ese halo vaporoso, sutil, inefable e intangible, sursum corda de áurea magnética, quid deletéreo, polvo de estrellas, arrebolados arpegios espirituales, arcangélico revolotear de querubines, en fin, ese no sé qué inasible que se conoce con el el nombre de Carisma.
        ¿Y qué es carisma? Carisma es eso: un si es no es de lapislázuli diamantino, halo vaporoso, sutil, inefable e intangible, sursum corda y quid deletéreo que no puede faltar a un candidato.
        Carisma era lo que tenía a patadas el Morocho del Abasto, señor Carlos Gardel. Hace poco la empresa de investigaciones Public Opinion and Underground Averiguation, llegó, por cuenta de la United Fruti Company a la definitiva conclusión (“definitive conclusión”) de que un particular cualquiera (“a common man”) que tenga vocación de servicio y un 30% del carisma que poseía el Zorzal Criollo, puede manejar a toda la América Latina con una sola mano (“only hand”).
         Si vos vayáis por ventura algún domingo a la iglesia parroquial y observades lentamente, cataréis un grupo de lacerados menesterosos que con murmurios, plegarias y lamentaciones imploran en el altozano la caridad de la feligresía y de cualesquiera gente que por aquel allende discurriere o aconteciere. Si os ocultáis tras la penumbra vaga de un gótico capitel y desde allí atisbáis por una ojiva ¿de qué os percataréis desde vuestra improvisada atalaya? De que los pordioseros con más carisma son los que más abundosas y suculentas limosnas acopian en sus faldriqueras.
          Madame La Puterie (se pronuncia puterí), célebre Marquesa “protestante” de la Francia alegre y prerrevolucionaria, se pregunta en sus memorias: “¿De qué le sirven a las cortesanas chales y pendantifes, cremas, sales, polvos, exquisitas esencias? ¡De qué le sirven tanta chinchilla, tanto mouton, astracán, echarpe y robe de chambre? ¿Qué le valen el ajustado corsé y el fru-fru del encaje testador? ¿Para qué todas esas vainitas vainitatem si carecen de carisma?
         Científicamente, carisma no es sino la secreción carismotrófica de la hipófisis que al actuar sobre las glándulas suprarrenales provoca una descarga adrenalínica que incide violentamente para desarrollar el Gran Simpático que todos llevamos por dentro. (Veáse “Elecciones y Metabolismo” de Iosif J. Fisoi).
         –Todo gobierno –dice el pueblo– es más carismático (carero) que el anterior. (Y el pueblo nunca se equivoca).