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jueves, 1 de febrero de 2018

SOBRE HÉROES Y TUMBAS

     

Pareciera que una de las condiciones indispensables en este siglo para ir al Panteón Nacional, es haber estado ligado en vida a la oligarquía venezolana.  Reinan cuando están vivos  apropiándose del per cápita de sus compatriotas y quieren reinar después de muertos.  Rufino Blanco Fombona, oligarca por los Blanco y por los Fombona, fue llevado hace algunos años a la tumba de los padres de la patria sin que hubiese habido una sola protesta.  Rufino tuvo los méritos de haber sido antigomecista y podríamos decir con justeza que gran escritor.                                             
Pero fue al exilio forzado después de ser castrista y gomecista y haber protagonizado crímenes y desastres en el Territorio Amazonas cuando fuera allí Gobernador.  Regresó a Venezuela después de la muerte de Gómez y se rebajó hasta lo indigno ejerciendo el cargo de Administrador de la aduana de Güiria.  El, que había sido gobernador de una provincia española y que se intitulaba representante intelectual de los exiliados, se rebajó como cualquiera de sus personajes del Hombre de Oro y el Hombre de Hierro al tratar de medrar en una de nuestras más pequeñas alcabalas marítimas, de las mismas que daba Gómez a sus coroneles para que se acomodaran.                             
Llevado luego por López Contreras a la gobernación del Estado Miranda se comportó despóticamente con relación a las libertades públicas porque estaba imbuido del anticomunismo del Presidente; lo último que hizo antes que lo destituyera porque ya no lo aguantaban más, fue desafiar públicamente en duelo a su propio Secretario General del Gobierno, el doctor Arocha.  Era un duelo con pistolas: -Nos ponemos a 20 pasos y vamos disparando cada cuatro pasos hasta que...


EL PANTEÓN NACIONAL

Al norte de Caracas, pero distante apenas seis cuadras de la Plaza Bolívar, se encuentra el modesto edificio que guarda los restos de las personas que han sido consideradas hijos meritorios de la Patria.  Allí yacen enterrados los despojos mortales del Libertador Bolívar, que fueron trasladados al país en 1842 y depositados en la Iglesia Catedral de Caracas hasta el año 1876 cuando los llevaron al Panteón.
El Panteón Nacional fue construido como simple iglesia gracias a los esfuerzos de un modesto albañil llamado Juan Domingo Infante,  quien para pagar una promesa estuvo 37 años gastando en ello sus recursos y los de las personas piadosas que quisieron ayudarlo.  En 1777 fue bendecida solemnemente la obra entrando a funcionar como iglesia diocesana. A los tres años murió Infante, siendo enterrado con todos los honores debajo del altar mayor. Antonio Guzmán Blanco fue quien decretó transformar la iglesia de la Trinidad en Panteón Nacional e inhumó con toda solemnidad los restos de Bolívar.
Guzmán Blanco,  llamado “el autócrata civilizador”, no sólo hizo trasladar al Panteón los huesos de los héroes de la independencia sino también de la Federación, cuyos cadáveres ordenó recolectar por todo el país.  Los oponentes de Guzmán criticaron mucho que hubieran sido llevados al Panteón los restos del guerrillero federal José Jesús González, más conocido con el nombre de “El agachao”.
Uno de los máximos fundadores del Partido Liberal, Tomás Lander, había muerto antes de culminar la primera mitad del siglo y su cadáver embalsamado se mantuvo casi cuatro décadas en la biblioteca de su casa, siendo objeto de una peregrinación constante de personas que iban a contemplarlo en su actitud de estar leyendo.  El embalsamiento tan perfecto y duradero de dicho cadáver fue hecho con la técnica de un sabio alemán que fijó su residencia en el cerro del Avila y que dedicaba parte de sus labores a embalsamar animales.
En 1984 el Gobierno efectuó el solemne traslado del cadáver embalsamado de Tomás Lander a una de las criptas del Panteón Nacional. El discurso de orden fue pronunciado por su compañero en las luchas liberales, Antonio Leocadio Guzmán.
A los pocos meses sucede el caso extraordinario de un hombre que es enterrado directamente en el Panteón. Se trata del propio Antonio Leocadio Guzmán, fundador del Liberalismo y padre del personaje que para la época determinaba los destinos de la Patria.
Guzmán Blanco se encontraba entonces en París codeándose con lo más granado de la alta sociedad, pero aquí estaba ejerciendo la presidencia su fiel amigo el general Joaquín Crespo que supo magnificar la muerte de Antonio Leocadio.
Y en realidad Antonio Leocadio Guzmán merecía ir al Panteón porque dedicó toda su vida a la defensa de las ideas liberales; si alguna vez fue pícaro y oportunista hay que atribuirlo más bien a lo que llamaban los latinos “¡O tempora!, ¡O mores!”..
El cadáver embalsamado del padre de Guzmán Blanco fue velado durante ¡cinco días! en el salón de sesiones del Senado y el Presidente y los Ministros se turnaban en apuesta guardia fúnebre. El día de la inhumación las calles estaban llenas de banderas, tropas y ciudadanos curiosos y conmovidos.
Contaban en el velorio que Guzmán había muerto por su culpa.  Que había dado orden a un jardinero muy bruto que tenía que apalear a todo el que saltara la cerca del jardín. Imprudentemente, Antonio Leocadio fue al jardín sin su peluca, ni las planchas de dientes postizas, ni los carmines que usaba en la cara y el jardinero no lo reconoció procediendo a cumplir sus órdenes: “Primero le da la paliza y después le pregunta qué busca” (“Dispare primero y averigüe después”).
La mayor injusticia del mundo es que los restos del fundados del Panteón Nacional, General Antonio Guzmán Blanco, están casi perdidos en un cementerio francés.  Así paga el diablo a quien le sirve. Él fundó la nueva oligarquía venezolana y casi podríamos decir que la nacionalidad de la patria liberada por Bolívar. Pero como robó, no se puede nombrar la soga en la casa del verdugo.
Para evitar estas injusticias podría aprobarse una Ley que ordene que todos los ex Presidentes de la República sean enterrados directamente en el Panteón Nacional. Pero antes que saquen de allí los restos de Bolívar.
       
Diario El Nacional. Escribe que algo queda.

     

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