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sábado, 3 de febrero de 2018

LA RELÁFICA DE SIMÓN, LA VIDA ES SUEÑO





Nota: Me llamó Simón Díaz por teléfono con la petición de reproducir una Reláfica que yo le redacté hace años y que gustó mucho. 
       Les voy a contar hoy una cosa personal. Algo muy íntimo que me pasó en días pasados. Y se los cuento para que ustedes vean que Simón Díaz, este servidor, a pesar de los pesares, tiene todavía mucha entrada con el llamado sexo femenino.
        Ese día llegué yo retrasado a los estudios de Radio Rumbos, pero al entrar la secretaria me alargó un sobre de un papel muy fino, como de hilo, azul y oloroso. Estuve trabajando como media hora sin poder abrir el sobre, pero lo olía a cada momento. Al fin  lo abrí por arriba y me encontré con esta esquela:
       “Simón,
       Desde que te vi en Venezuela Erótica, aquella comedia que ustedes presentaron en El Ateneo, comprendí que no podía seguir viviendo sin ti. Te espero esta noche a las 7 para que cenes en mi casa. La Lagunita, avenida 3, Quinta Beatrice”.
        Leí la carta y me puse tan alegre que empecé a cantar: ¡Yo tenía una luz que me alumbraba!
        Me fui para la barbería y les dije que me hicieran de todo. Me compré tres corbatas nuevas y me busqué un chofer y un carro grande.
        A las 7 en punto trasponía yo la puerta de la quinta Beatrice y dos porteros muy bien vestidos se inclinaron para saludarme y para que les entregara mi abrigo. Un enano vestido de librea se encargó de guiarme y atravesamos cuatro patios antes de llegar al recibo en donde me esperaba Beatrice.  Al verme se puso de pie y me extendió los brazos y una sonrisa.
        Era como Sofía Loren de alta, pero blanca y sonrosada como Liz Taylor en sus buenos tiempos. Sus cabellos eran negros y caían sobre sus espaldas como una lluvia de azabache.
         –Beatrice Calderón de Fustenbach –me dijo presentándose.
         –Simón Díaz Márquez –le dije yo.
     –¿No recuerdas, Simón, a Calderón, el constructor, que se hizo inmensamente rico cuando Pérez Jiménez? Yo soy su hija. Fui a Italia y me casé con el príncipe Cachicorni de Fustenbach, también muy rico, y enviudé a los seis meses. Ahora mi única ilusión es que me hagas tuya y dispongas, si es necesario, de todos mis bienes.
      No Beatrice. A mí no me interesan tus bienes. Me interesa solamente tu personalidad  que es maravillosa. ¿Cómo cuánta plata te dejarían entre tu papá y el príncipe? Te lo pregunto solo por curiosidad.
       -Como 35 millones.
      
    En eso comencé a reírme dormido y Betty, mi mujer, tuvo que despertarme.
       Alguna vagabundería estarías soñando –me dijo– que te reías con tantas ganas.
      –No, mi amor, estaba soñando que había conseguido 35 millones para traértelos a ti...

        APÉNDICE 
                                     
        La maestra: –Jaimito ¿cuánto es uno por  uno?
        Jaimito: –Cien, maestra.
        La maestra: –¿Y de dónde sacas esos ceros?
        Jaimito:  –50% nacional y 50% extranjero.

                                               __________

   
        Para el Fondo Monetario Internacional, (el cual no piensa sino en cobro-cobro); los países de América están situados “al sur de Pago-Pago”.

                                                ___________

        Venezuela hará  valer  ante la Banca Mundial  su condición de país fuñí.
                                                ___________

        Queremos decirle al señor Rodulfo González Valecillos, director de la Oficina de Información de la Prelatura del Opus Dei, que no existe en nosotros intención de ofender a nadie. Somos arreligiosos pero no anti-religiosos y entre católicos y evangelistas, (aquí en Venezuela), nos quedamos con los católicos. En España acusan al Opus Dei de algo muy grave con relación a los fondos del Estado. En el propio Vaticano inventaron el chiste de que el Papa Juan XXIII dijo al ser elegido: –Estoy contento porque ahora  sí voy a saber qué es el Opus Dei.

Diario El Nacional. Escribe que algo queda, 20/4/1986



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